Mueren cinco civiles, entre ellos un niño, en un nuevo ataque terrorista en el norte de Burkina Faso

MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

Al menos cinco civiles, entre ellos un niño, murieron el domingo en doble ataque perpetrado por personas armadas no identificadas en la localidad burkinesa de Barsalogho, situada en la provincia de Sanmatenga (norte), según han informado las autoridades, que han confirmado que ocho militares resultaron heridos y “muchos terroristas fueron neutralizados” en los enfrentamientos.

El Ejército de Burkina Faso ha detallado en un comunicado que un grupo de asaltantes atacó un destacamento militar en la ciudad, mientras que “otro grupo de terroristas atacó a civiles”. “El balance apunta a ocho militares heridos, que fueron evacuados y reciben atención, y cinco civiles, entre ellos un niño, que perdieron la vida”, ha destacado.

Asimismo, ha confirmado que “hay operaciones por tierra y aire para localizar a los asaltantes” y ha asegurado que tras el ataque han sido ejecutados varios bombardeos contra “grupos de asaltantes que intentaban replegarse hacia una base terrorista en Bangmiougou, en el departamento de Barsalogho”. “Muchos terroristas fueron neutralizados y la base logística fue destruida”, ha detallado.

“El jefe del Estado Mayor del Ejército se inclina ante la memoria de las víctimas civiles y desea una rápida recuperación a los heridos. Asimismo, pide a las unidades que participan en la contraofensiva, con el apoyo de fuerzas asociadas, que hagan todo lo posible para localizar a los asaltantes para dejarlos fuera de combate”, ha remachado en su comunicado.

Burkina Faso, liderado por una junta militar desde el citado golpe, ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.

Los ataques, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a ‘voluntarios’ para que ayuden en la lucha antiterrorista.