Las 23 futbolistas españolas que conquistaron el último Mundial de Australia y Nueva Zelanda han tomado una decisión sorprendente: no volverán a ponerse la camiseta de la selección. Esta determinación fue tomada de manera unánime y en respuesta a una serie de eventos recientes, incluido el beso no consentido del expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales a Jenni Hermoso.
Tras el incidente del beso no consentido, las futbolistas utilizaron la etiqueta #SeAcabó y presentaron una carta de renuncia que fue firmada por más de 80 jugadoras. En esta carta, exigían cambios estructurales en la Federación Española de Fútbol (RFEF). La presión social y política resultante llevó a la dimisión de Rubiales y del seleccionador Jorge Vilda.
Sin embargo, la mayoría de las futbolistas considera que estas salidas no son suficientes y que no abordan los problemas estructurales en la RFEF. Por lo tanto, han decidido no volver a jugar con la selección hasta que se realicen cambios significativos en la federación.
Esta decisión plantea un desafío para la nueva seleccionadora, Montse Tomé, quien debía dar la lista de convocadas para un próximo partido de la Nations League contra Suecia. Ahora, se espera que la mayoría de las futbolistas no estén disponibles.
Alexia Putellas, líder del Barcelona y de la selección, expresó su compromiso con la causa y la necesidad de cambios profundos en la RFEF durante una reciente ceremonia de premiación en la que el Barcelona recibió la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña.
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