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Atletismo. Antón y Fiz reviven en Atenas su pulso de 1997: “25 años después seguimos unidos por valores del atletismo”

El excampeón y subcampeón del mundo viajan con Banco Santander a la capital griega para recordar la efeméride en el estadio Panathinaikó

ATENAS, 12 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez)

Los atletas españoles Abel Antón y Martín Fiz revivirán este domingo en el Maratón de Atenas el pulso que mantuvieron en el Mundial de atletismo de 1997, en el que lograron el oro y la plata, respectivamente, en la mítica distancia de los 42,195 kilómetros, unidos, un cuarto de siglo más tarde, “por los valores del atletismo”.

“25 años después venimos con otra intención, la de esa amistad y los valores del atletismo que nos han llevado a seguir unidos”, apuntó Martín Fiz a los pies de la Acrópolis junto al entonces su principal rival y hoy amigo, Abel Antón, para rememorar aquel glorioso episodio en una iniciativa de Banco Santander.

Con un calor y humedad menos sofocantes que aquel remoto 10 de agosto de 1997, Abel Antón volverá a abrazar este domingo a Martín Fiz, lastrado por una lesión en el sóleo que tan solo le permitirá recorrer los últimos 300 metros en el escenario en 1896 de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

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Sentado en la colina de la Acrópolis, Fiz recordó que hace 25 años los “nervios estaban a flor de piel” porque se estaban jugando un Campeonato del Mundo. “No visitamos la Acrópolis porque nuestro entorno era una habitación, cuatro paredes en el hotel, visualizar el circuito y, sobre todo, pensar en los rivales: los africanos y Abel Antón, que era el máximo rival porque venía de ganar de Berlín”, dijo.

El vitoriano explicó que tanto él como Antón han llevado “vidas paralelas” desde los 13 años cuando forjaban carácter y piernas en el barro del campo a través. “En los dos últimos años, Abel había ganado maratones importantes. Sabía de sus cualidades: corredor rápido, que había competido en 1.500 y 5.000. Lo había estudiado y sabía cómo se las amañaba para poderme ganar”, subrayó.

Por ello, Fiz trató de exprimir su “talento de intentar llevar la carrera a ritmo rápido”, aunque se vio superado en el último tramo por el final explosivo del soriano en una de las estampas más gloriosas del atletismo nacional, cuando la ‘Armada española’ derrotaba a la legión africana.

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Recuerda Antón que llegó tres días antes de la disputa del Mundial a Atenas, donde se enclaustró en el hotel combinando el descanso con los entrenamientos en el parque de la cercana Plaza de Sintagma. “Después de haber ganado todo sí que vinimos a la Acrópolis, que creo que era lo suyo porque estábamos en Atenas. Pero antes de la carrera, nada, concentrados completamente porque había que venir a intentar ganar la carrera”, indicó.

Antón, que combina hoy la gestión de una céntrica tienda de deportes en su Soria natal con la participación, junto a Fiz, en carreras populares como embajador de Sports Santander, señaló que aún “no había ganado nada”.

“Sabía que Martín era mi rival a batir. Hice una carrera para intentar ganar a Martín. Cuando vine aquí mi referencia era Martín, eran veintitantos kilómetros subiendo y sabía de su potencial porque iba a intentar escaparse, pero puede aguantarle”, celebró con la vista puesta 25 años atrás.

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Entonces, ocurrió la imagen tantas veces vista: el acelerón de Abel Antón justo antes del Estadio Panathinaikó y el histórico doblete español en la maratón. “Cuando faltaban dos kilómetros, que eran todo bajada, me recuperé de mi crisis y sabía que algo raro tenía que pasarme para no disputar. A 500 metros, cuando vi el estadio, di el tirón y ya sabía que era ganador”, evocó.

Antón esperó aquel día a Fiz en la meta para abrazar el éxito en uno de los episodios inolvidables del deporte español. Este domingo, 25 años después, el vitoriano será el que aguarde a su amigo Abel junto al mítico estadio en forma de herradura, que aún asombra con sus 45.000 plazas, en el que ayer uno persiguió la sombra del otro, y mañana se fundirán en una sola, forjada por los “valores” del atletismo.


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